MOOROVAARAMOOROKOMMUA
Asi es este mundo
Asi son las cosas
Demasiados sueños
Para una pesadilla
Asi es este mundo
Asi son las cosas.
Demasiadas palabras
Para tanto silencio
Asi es este mundo
Asi son las cosas.
Demasiado fuego
Para tantos desiertos
Moorovaaramoorokommua.
Demasiados sueños
Para una pesadilla
Asi es este mundo
Asi son las cosas.
Demasiadas palabras
Para tanto silencio
Asi es este mundo
Asi son las cosas.
Demasiado fuego
Para tantos desiertos
Moorovaaramoorokommua.
Las comunidades Kari’ña se
distribuyen entre los estados venezolanos de Anzoátegui, Sucre, Bolívar y
Monagas, con una población cercana a las 17000 personas.
Para sus integrantes la muerte
era una hazaña que evidenciaba valentía, preferían transcender a otro nivel
espiritual antes de rendirse al cautiverio. Rendirse nunca fue una opción. Por su
resistencia y defensa a los ataques hacia su territorio y cultura,
llegaron a ser excluidos en 1756 de las ordenanzas que “protegían” a los
pueblos indígenas.
Los Kari’ña han sabido resistir y
sobreponerse, en la medida de lo posible, al fuerte impacto de dos
acontecimientos históricos: la conquista española y la irrupción del petróleo
en sus asentamientos, estos hechos se convirtieron en fuertes factores de
aculturación, contaminando irremediablemente a muchos de los rasgos culturales
originarios de este pueblo.
Estos hechos no fueron sucesos
puntuales, fueron y son una amenaza sistemática y continua que se ha extendido
por siglos. A la conquista española y a todo el proceso de imposición religiosa
que llevaba implícito el régimen misional, no le bastó con el asedio y
destierro de las comunidades, ni la
explotación de sus miembros, obligados a sumergirse en las profundidades del
mar en busca de perlas. Sino que aun en el siglo XIX las misiones católicas
seguían presionando a los kari’ñas con el fin de moldearlos a la tradición
cristiana, castigando y persiguiendo, por ejemplo, a su perverso hábito de la desnudez.
A mediados del siglo XX, la
llegada de las actividades petroleras a territorio kari’ña también ocasionó
enormes estragos en la forma de vida de las comunidades, sus miembros fueron
abandonando paulatinamente el campo y sus tradiciones, para sumarse como mano
de obra a la industria petrolera. En la actualidad la explotación de
hidrocarburos sigue amenazando a su tierra y acosando a la comunidad. El acecho
de los taladros no ha cesado, obviando los nefastos impactos ambientales que su
actividad genera sobre la tierra y los ríos ancestrales de este pueblo.
A pesar de los grandes cambios en
el seno de sus tradiciones y cultura, los kari’ña no han perdido su esencia,
siguen siendo ellos mismos. Su lucha a favor de su cultura originaria y en
contra de la pérdida de sus tradiciones es innegable. Su idioma ha sido el principal motivo de combate de este pueblo
frente a las tendencias uniformadoras de la sociedad mayoritaria, considerándose
a día de hoy como uno de los mejores
conservados y más usados de entre los idiomas derivados del caribe.
Moorovaaramoorokommua, es la
palabra que usan los kari’ña para cerrar sus relatos contados de manera oral,
es una sentencia que le suma veracidad a sus testimonios, pudiéndose traducir como: así es el mundo, o así son las cosas.
“En la época de nuestros
antepasados se peleaba con armas por territorios, por no dejarnos dominar ni
por españoles ni por otras etnias. En la actualidad se sigue una lucha, pero
ahora es de los ancianos y los padres kari’ña. Peleamos por preservar nuestra
cultura, por lograr que los más jóvenes se formen con el acervo y legado con el
que nosotros crecimos” Candelario Aray, miembro kari’ña.
Moorovaaramoorokommua.
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