miércoles, 28 de agosto de 2013

Ñe'ê (Guaraní)


 
 
 
 
 
 
Ñe’ê*
Las palabras son alma
Y el alma no muere
El alma son palabras
Que asesinan al olvido
Quien calla a la palabra
Asfixia a su alma

 
* Para el pueblo guaraní, “Ñe’ê” significa al mismo tiempo “palabra” y “alma”.

 

Los guaraníes habitan actualmente, al igual que lo hacían en el pasado (pero en zonas sumamente reducidas por la acción del blanco), el territorio que corresponde al suroeste de Brasil, Noreste de Argentina, Paraguay, parte de Bolivia y parte de Uruguay.

La autodenominación étnica original de los hoy llamados guaraníes es avá, que significa "hombre". El muy difundido nombre "guaraní" les fue dado por los españoles al escuchar los gritos de guerra de este pueblo, guará-ny (combatir-les). Otra versión afirma que se tomo de "guariní" que significa precisamente guerra o guerrear. Se estima que aún existen cientos de miles de guaraníes y su idioma es hablado por más de 8 millones de personas.

Poco después de la primera toma de contacto de los europeos con este pueblo surgieron situaciones conflictivas, ya que el trato que los invasores brindaban a los guaraníes correspondía al de una relación de dominación. Como resultado del trato hacia los indígenas, se registraron en el período 1537-1546 al menos tres movimientos de resistencia de consecuencias violentas, con estos levantamientos quedaba plasmado el rechazo por parte de los miembros de este pueblo a ser reducidos a meros servidores y esclavos.

 

En la época de la Colonia el idioma guaraní se convirtió en “competencia” del imperialismo castellano y portugués. Es así que durante esta época, el guaraní se convirtió en elakârasy (dolor de cabeza) de los conquistadores, particularmente de los misioneros; que tras mucho insistir por todos los medios, incluidos los violentos, para imponer el castellano tuvieron que valerse del guaraní para reducir físicamente (no lingüísticamente) al indígena. De hecho, solamente lo hicieron con unos pocos porque la gran mayoría se mantuvo en el monte, en su hábitat tradicional, el único sitio donde la libertad les fue y les sigue siendo posible. 

Para los Guaraníes la palabra Ñe’ê significa al mismo tiempo “palabra” y “alma”. Para ellos, la palabra es sagrada. Eduardo Galeano, en uno de sus libros, lo describiría así: “Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra, o la dilapidan, son traidores del alma.” 

Por su parte, el profesor y Licenciado en Lengua Guaraní , David Galeano Olivera, relata una anécdota en la que queda patente la importancia de la palabra para este pueblo:  

“Después de mucho insistir y sobre todo de habernos ganado su confianza, un día nos invitaron a participar de un no'õvusu, o asamblea de líderes o mburuvicha, una especie de "cumbre presidencial", donde tratan cuestiones de interés general. Es un encuentro privado, sólo reservado a ellos. Recuerdo que los líderes llegaron de grandes distancias, de a pie (15, 30, 50 y más kilómetros) para aquel no'õvusu. El primer día, un martes, se sentaron acompañados de sus mujeres y debidamente ataviados. Estuvieron todo el día sin decirse una sola palabra, absolutamente nada. Se levantaron del sitio solamente para comer o para cumplir sus necesidades. El día siguiente ocurrió lo mismo. Y el tercer día, como a la media tarde, uno de ellos se puso de pie y solamente pronunció tres palabras. Después de escucharlo, todos se pusieron de pie y retornaron a sus comunidades. Imagínense, se reunieron tres días únicamente para escuchar tres palabras, palabras sagradas”. 

Pese a más de 500 años de todo tipo de atropellos y de violentas agresiones, la morfología y la sintaxis de la lengua guaraní permanecen invariables e incorruptibles, resistiendo a todos los  intentos de degradación y de destrucción que sistemáticamente sufrió. El guaraní, sigue siendo guaraní. 

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