martes, 27 de agosto de 2013

Nuestros caminos (Chorotegas)


 
 
 
 
 
 
 
Nuestros caminos

Nosotros, nosotras
la tierra, nuestras manos
la vida, nuestros hermanos;
ellos, ellos
la avaricia, sus armas
la cruz, sus soldados.

Nuestros caminos nacieron en ambos sentidos,
Hijos de nuestras pisadas, senderos de nuestra vida
Solo nos dejaron una: la vía de la lejanía
Por ella somos empujados, arrastrados sin esperanza
De nunca más volver a ver lo que dejamos a nuestra espalda.
 

 

Los chorotegas fueron un pueblo mesoamericano, que desde el siglo VI se asentó en  regiones centroamericanas (en Costa Rica, en la parte occidental de Nicaragua, en la costa de Honduras, en El Salvador, Chiapas y Oaxaca).

Pueblo de fuertes y valientes guerreros que presentó una heroica resistencia, tanto militar como cultural, frente al martirio que los españoles infligieron sobre su tierra y su vida. Pese a esa resistencia, mucha de la rica cultura chorotega no logró sobrevivir a los oscuros designios de la conquista y de la inquisición española. La ocupación de la tierra, la violación de las mujeres, la derogación de las lenguas autóctonas y la imposición de otra lengua, otra religión y un nuevo orden social, conllevó a la casi total extinción de su lengua y de los rasgos culturales de este pueblo.  Para el año 2000 su población contaba con apenas 750 miembros, los cuales conservan elementos de su cultura originaria, pero no su idioma.

Para Jorge Eduardo Arellano, "fueron las masacres de las pacificaciones, las epidemias llegadas de Europa que traían consigo los españoles, las luchas de resistencia que nunca llegaron a ser sofocadas, las exterminaciones provocadas por los trabajos forzados de las encomiendas, servicios y demás obligaciones esclavistas, las que hicieron tambalear a esta civilización". En el libro “Antología general de la poesía nicaragüense” de este mismo autor, y a su vez  tomado de la “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” (Bartolomé de las Casas,  1522), sobrevive parte del testimonio y sufrimiento de este pueblo  masacrado inclementemente  por la cruz y la espada:

Lamento de los chorotegas

“Aquéllos son los caminos
por donde íbamos a servir a los cristianos;
y aunque trabajábamos mucho,
volvíamos al cabo de algún tiempo
a nuestras casas
y a nuestras mujeres
e hijos;
pero ahora vamos sin esperanza
de nunca más volver,
ni de verlos, ni de tener más hijos”.

 

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